Formas de Pensamiento
Cuando
el hombre piensa, poniendo en actividad su cuerpo mental, y el órgano
físico que le corresponde, el cerebro, produce varios efectos. Primero,
el pensamiento obra sobre el propio cuerpo mental y crea una disposición
especial para que ese mismo pensamiento sea repetido. Así mismo sobre
el cuerpo astral, despertando determinadas emociones vinculadas al
pensamiento en cuestión. Y sobre el Alma, incluso, en cuyo vehículo o
Cuerpo Causal incide, afectando al proceso de construcción que se lleva
allí a cabo.
Externamente
al individuo pensante, se producen dos efectos: una Vibración
Irradiente y una Forma Flotante. La vibración se ejerce sobre la materia
propia del plano, sobre sus moléculas. La forma se genera como
consecuencia de la vitalidad de la esencia elemental que habita en ese
plano. La vibración, por su parte, se proyecta más o menos lejos según
la índole y la intensidad del pensamiento y produce ondulaciones, que se
extienden por el nivel al que el pensamiento corresponda, pudiendo
afectar a otras personas y producir en ellas pensamientos de la misma
índole. Las Vibraciones transmiten un nivel y un tipo específico de
energía, pero no un pensamiento concreto.
Sin
embargo, todos los pensamientos producen formas creadas con materia del
propio cuerpo mental inicialmente y rodeadas, después, de Esencia
Elemental Mental. Pudiendo incorporar materia astral si en el
pensamiento se involucra algún tipo de sentimiento.
La
materia astral y mental vivificada por la Esencia Elementalm se
encuentra predispuesta a ser captada y moldeada por las vibraciones de
pensamiento y deseos, creando una clase muy peculiar de criaturas
vivientes o Elementales Artificiales, cuya tendencia en su limitada
existencia es la de llevar a cabo la intención del pensador que las
originó. Estas criaturas no son autoconscientes ni experimentan placer
ni dolor y sólo pueden evocar una forma igual a ellas, en una persona de
características muy similares a las de su creador o en un sensitivo
especialmente receptivo.