El Tetragrammaton
Muchos lectores y visitantes se han interesado en saber más cosas sobre el Tetragrammaton, amuleto que figura en lugar destacado de nuestro blog. Asimismo, personas que han venido a nuestra consulta en Santiago, al admirar nuestro viejo medallón personal, nos han preguntado dónde podían adquirir uno igual. Lamentablemente, no conocemos ningún lugar en la capital donde vendan este símbolo, y sólo sabemos que en Internet se puede adquirir por correo (eso sí, sin estar ritualizado). Pero no es algo que esté al alcance de todo el mundo, por mucha curiosidad despierte.
El Pentagrama dibujado dentro de un
cuadro (símbolo de los elementos) y éste a su vez dentro de un triángulo
equilátero (símbolo de la Trinidad), que finalmente lo encierra un
circulo (símbolo del Espíritu Universal), es el símbolo perfecto. Esta
estrella es el símbolo esotérico y mágico por excelencia, en todos sus
aspectos, y está siempre presente en los rituales mágicos. Además de
Pentagrama y Tetragrammaton, se la denomina también Penta-Alfa
(Pentalfa), Pentáculo, Estrella de Cinco Puntas, etcétera…
Con una punta hacia arriba, representa a
las fuerzas benignas o a Dios, además de ser un poderoso símbolo de
protección. Cabalísticamente, esos poderes protectores se ven
reflejados en numerosos modelos de anillos, colgantes, etcétera, con
este símbolo grabado, ya que controla la influencia de cualquier entidad
negativa y atrae bendiciones sobre la persona que lo porta. En cambio,
cuando se muestra con dos puntas hacia arriba, simboliza a las fuerzas
tenebrosas o al Diablo, además de ser un símbolo del satanismo. Es una
muestra y un ejemplo más de la Ley de la Dualidad, presente siempre en
el esoterismo a lo largo de toda la Historia de la humanidad: El Ying y
el Yang, el blanco y el negro, el día y la noche, la Luz y las
Tinieblas… es decir, la eterna lucha de los opuestos.
La palabra Tetragrammaton procede del griego Tetra (cuatro) y Gramma (letra). Ton
es el sufijo plural. Hace especial referencia a las cuatro letras que,
en hebreo, componen y expresan el concepto de Dios. Estas cuatro letras:
Y H V H (yod, hé, vau, hé), escritas en caracteres hebreos (de derecha a
izquierda), se consideran la representación de la Divina voluntad, la
Creación, el intelecto y la Acción. Como amuleto de protección suele
aparecer la palabra inscrita dentro de un círculo que, a su vez, engloba
la figura de un pentagrama (estrella de cinco puntas) o a veces también
de un hexagrama (estrella de seis puntas, conocida también como una
estrella de David o sello de Salomón). Cuando es de seis puntas, dos
triángulos entrelazados, su simbolismo recoge la idea de la unión del
hombre con la divinidad: el triángulo que sube simboliza el esfuerzo
humano de superación, es decir, su trabajo evolutivo, y el triángulo que
baja representa la providencia y la ayuda de Dios. El simbolismo de la
estrella de cinco puntas, nuestro Tetragrammaton, es similar, ya que
representa al ser humano (de pie con brazos y piernas extendidos) que se
siente identificado con las fuerzas del Universo, y sintoniza sus
energías con la energía universal. En ambos casos se trata de un
talismán de protección personal que expresa el concepto de unión con
Dios.
Como hemos indicado, y según la Cábala,
el Tetragrammaton engloba y protege el mismísimo nombre de Dios,
compuesto de cuatro letras. Dichas cuatro letras son en hebreo: “yod,
hé, vau, hé”, o en mayúsculas nuestras: Y H V H. Su verdadera
pronunciación antigua es ahora desconocida; los hebreos consideraban
este nombre demasiado sagrado para pronunciarlo siquiera, y al leer las
Sagradas Escrituras, lo sustituían con el de “Adonai”, que significa
Señor. Los cristianos en general definen estas letras I H V H como
‘Jehovah’, y otros entendidos en los estudios bíblicos lo escriben a su
vez como ‘Yahveh’.
Por su parte, el pentagrama expresa la
dominación del espíritu sobre los elementos de la Naturaleza. Con este
signo mágico podemos mandar a las criaturas elementales que pueblan las
regiones del fuego, aire, agua y tierra. Ante este símbolo tiemblan los
demonios y huyen aterrorizados. El gran maestro ocultista Eliphas Levi
lo describe como “el símbolo del macrocosmos a través del cual el hombre
domina los poderes y el ser de los elementos y aleja del demonio a todo
lo que es primordial’. Y por ejemplo, en algunos países europeos, como
es el caso de Alemania, todavía hoy es considerado como un eficaz
talismán contra el poder de las brujerías.