La Ley de Atracción
La ley de la atracción
es la idea o supuesto de que los pensamientos (conscientes o
inconscientes) influyen sobre las vidas de las personas, argumentando
que son unidades energéticas que devolverán a la persona una onda
similar.
La frase “ley de la atracción” ha sido
utilizada por algunos escritores esotéricos, aunque el sentido con el
que se usa actualmente es diferente del original. La mayoría de los
autores asocian a la ley de la atracción con la frase “te conviertes en
lo que piensas”,[cita requerida] usualmente aplicado
al estado mental del ser humano: Esto significa que los pensamientos
que una persona posee (sean estos conscientes o inconscientes), las
emociones, las creencias y las acciones atraen consecuencias que
corresponden a experiencias positivas o negativas. A este proceso se lo
describe como “vibraciones armoniosas de la ley de la atracción”1 , o “tú obtienes las cosas que piensas; tus pensamientos determinan tu experiencia”.
Esta frase esta relacionada con las creencias y prácticas de la nueva era, de la cual surge su definición más usual,[cita requerida]
pero también tiene un desarrollo en otros campos esotéricos como lo son
el hermetismo y la teosofía. Recientemente, esta versión de la Nueva
Era fue popularizada por el filme “El Secreto” en 2006.
Historia
Algunos autores identifican antecedentes históricos de la “ley de atracción” en el hinduismo2 y a través del hinduismo en la teosofía,3
pero también se han encontrado referencias en el judaísmo y en el zohar
(la cábala). La existencia de estos antecedentes, no implica que todos
ellos estén históricamente conectados, ya que la ley de atracción podría
surgir como resultado de prejuicios cognitivos comunes a todos los
seres humanos.
Las elaboraciones modernas de dicha idea deben su existencia, en parte, a James Allen (1864 – 1912) que en 1902 publicó As a man thinketh (‘piensa como hombre’). Posteriormente Wallace Delois Wattles (1860 – 1911) publicó La ciencia de hacerse rico (1910) y por Charles F. Haanel publicó The Master Key System
(‘el sistema de la llave maestra’) (1912). Durante el siglo XX varios
autores han hecho referencia a estas obras y las ideas contenidas en
ellas, pero fue especialmente con el filme El secreto (2006) cuando la idea alcanzó especial notoriedad pública.
Principios
Los seguidores que aceptan la ley de atracción como una guía, lo hacen desde la fe en que las “leyes” del Universo (aquí el término Universo
se utiliza para abarcar a todas las creencias y religiones sin causar
algún tipo de malestar en la persona que aprende estas leyes) son
benignas. De una forma un tanto confusa algunos seguidores de esta
creencia afirman que la ley de atracción es una “ley del Universo”, dado
que aplica a todos los seres sin excepción, el 100% del tiempo y no es
algo que una persona pueda elegir si aplica o no. Comúnmente se utiliza
el ejemplo de su similitud con la gravedad en este aspecto, dado a que
uno no puede decidir “no aplicar” o “no creer” en la gravedad en su
vida. Cabe notar que el término “ley” no es el mismo utilizado por la
comunidad científica (véase Ley científica).
De acuerdo con los creyentes en la “ley
de atracción” ésta no puede ser probada por ningún método científico.
Una práctica común utilizada por los que creen en esta teoría es el uso
de las afirmaciones. Algunos de los proponentes de una versión moderna
de la “ley de la atracción” adjudican sus raíces a la física cuántica.
Según ellos, los pensamientos tienen una energía la cual genera energía
similar. Para poder controlar dicha energía, sus proponentes afirman,
que deben seguirse cuatro pasos:
- Saber qué es lo que uno quiere y pedirlo al universo (siendo “el universo” cualquier cosa que el individuo acepte como Dios).
- Enfocar los pensamientos de uno mismo sobre el objeto deseado con sentimientos como entusiasmo o gratitud.
- Sentir o comportarse como si el objeto deseado ya hubiera sido obtenido.
- Estar abierto a recibirlo.
El pensar en lo que uno no tiene, según
dicen, se manifiesta en perpetualidad de no tener, mientras que si uno
se adhiere a estos principios, y uno evita pensamientos “negativos” el
Universo hará manifiestos los deseos de la persona.
El teósofo tibetano Djwhal Khul la define
como la ley básica de la manifestación y la ley suprema de este sistema
solar. Considera que es la ley que equilibra los dos polos, siendo la
Ley de la economía la que rige el polo negativo y la Ley de síntesis la
del polo positivo. Desde el punto de vista del ser humano, trae la
comprensión que da la autoconciencia.4
En el nuevo testamento de la biblia se
hace referencia a esta ley en Marcos 11:20-24 y Mateo 21:19-22, el texto
central dice “Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que
estén pidiendo en oración, y lo obtendrán”.