Seidkonas, sacerdotisas vikingas
VÖLVA O SEIDKONA
Una
völva (del nórdico antiguo: vǫlva) o vala (del antiguo alto alemán:
wala), a veces también mencionada como seiðkona o wicce era una
sacerdotisa en la mitología escandinava y entre las tribus germánicas.
La
palabra inglesa witch es la forma moderna de wicce. Como las mujeres en
general en las sociedades tribales germanas pre-cristianas, las völvas
practicaban seiðr (chamanismo en la magia rúnica), el cual era
considerado como ergi (que no era para los hombres), a pesar de que
había practicantes hombres llamados seiðmaðr (o Wicca en antiguo
inglés).
También
asociados a las völvas estaban los encantamientos llamados galdrar. Se
creía que las völvas poseían tales poderes, y que incluso el padre de
los dioses, Odín en persona, consultó una para conocer el futuro de las
divinidades, un relato que se preserva en Völuspá.
Ejemplos
de völvas en la literatura nórdica incluyen la vidente Heidi (alt.
Heith) en la Völuspá, la bruja Gróa en Svipdagsmál y Þórbjörg lítilvölva
en la saga de Erik el Rojo.
En
la sociedad vikinga, de igual manera que cualquier jefe de una casa
podía oficiar los sacrificios a modo de sacerdote, a las mujeres también
se las podía considerar sacerdotisas de su propio hogar. De hecho, el
telar que había en todas las casas, y que era parte del intransferible
mundo femenino, estaba asociado con la buena suerte de la familia. Las
mujeres nórdicas tenían rituales o conjuros para casi todas las acciones
de la vida.
Pero había otra magia más especializada, como el caso del seidr, que podría definirse como una forma de chamanismo femenino practicado en el norte europeo. La palabra viene de la raíz indoeuropea sed- y, al igual que el sedere del latín, tiene el sentido de sentarse en comunión con los espíritus.
La oficiante, llamada seidkona, acompañándose de un canto llamado vardlokur o galdrakona para entrar en trance, conseguía desarrollar facultades para la sanación física, mental y espiritual, la profecía o la canalización de los dioses y diosas a través de otra persona. También algunos de los actos considerados comúnmente como maléficos, como provocar enfermedades, tormentas o la muerte.
Seidkona, según la descripción hecha en la Saga de Erik el Rojo
En la Saga de Kormak, se cita a una seidkona que realiza el sacrificio de un ganso antes de iniciar una sesión mágica. En otros escritos se mencionan similares sacrificios con animales de pelo negro. En la Saga de Orvar Odds se cita a una seidkona que es ayudada en su trance por un coro de 30 jóvenes de ambos sexos.
En la Saga de Kormak, se cita a una seidkona que realiza el sacrificio de un ganso antes de iniciar una sesión mágica. En otros escritos se mencionan similares sacrificios con animales de pelo negro. En la Saga de Orvar Odds se cita a una seidkona que es ayudada en su trance por un coro de 30 jóvenes de ambos sexos.
En
la Saga de Erik el Rojo, una tal Thorbjorg llega a una casa donde es
instada a hacer una profecía sobre cuándo acabaría la mala racha por la
que estaba pasando Groenlandia. La saga pormenoriza su atuendo, lo que
nos da una idea de que tenía que ser muy significativo: capa azul atada
con tiras de cuero y adornada con gemas, capucha negra de piel de
cordero forrada con piel de gato blanco; de esta misma piel son sus
guantes, y no puede faltar una bolsa que cuelgue de su cinturón con
todos los elementos que necesita para desarrollar sus facultades.
Para
cenar le dan gachas con leche de cabra, que toma con una cuchara de
latón, y un plato con corazones de las distintas clases de animales que
hay en la granja, que come con un cuchillo de hoja rota con el mango de
colmillo de morsa con dos anillos de cobre. Pero aún falta un elemento
importante: alguna mujer de la granja que sepa recitar el Vardlokur.
Finalmente, puede realizar la profecía sobre el final de la epidemia y
del hambre que se habían desatado aquel invierno.
Después,
los asistentes acuden a ella de uno en uno, y para todos hay una
respuesta. La saga asegura que hubo pocas que no sucedieron tal como
ella predijo.
Fuente última parte: Breve historia de los vikingos - Manuel Velasco
© Morganna Barcelona.